Si, yo también estoy enfadado con Facebook, con sus cambios de algoritmo, con el hecho de que cada día nuestras publicaciones lleguen a menos seguidores por mucho que te esfuerces.
Y seguramente no sería capaz de transmitir mi enfado con la soltura con que lo hace Ericka Andersen en un artículo publicado en Medium y que me permito traducir con mayor o menor acierto.
Aquí va la traducción que hago de I’m Angry at Facebook:
«Estoy enfadada. He sido usuario de Facebook desde el día 1. En 2006, cuando oí hablar por primera vez de «The Facebook» en mi alma mater, la Universidad de Indiana, me di de alta y nunca lo he cerrado.
Que podo podía imaginar lo mucho que iba a significar para mi en el futuro esta pequeña web azul. Durante los últimos 10 años he sido una profesional del social media, consultora y estratega.
Conocer y entender Facebook —desde la estrategia más básica de publicación hasta la creación de contenidos— ha sido y continua siendo una parte importante de mi trabajo. Durante años he perfeccionado el arte de escribir títulos, orientar adecuadamente anuncios, crear contenido y mucho más.
Habiendo trabajado para muchas y diversas empresas, he invertido cientos de miles de dólares en la plataforma. He ayudado a páginas a alcanzar el hito del millón de seguidores más de una vez y he empleado incontables horas —muy temprano por las mañanas, muy tarde por las noches— creando contenidos que engancharan a la audiencia, intemporales, entretenidos, interesantes, que ayudaran, relevantes y, en pocas palabras, bien hechos.
Hace un año y medio comencé a trabajar para una editorial legal, una marca bien conocida con una amplia base de lectores. Hasta entonces no había puesto mucho empeño en su presencia en redes sociales, a pesar de lo cual contaban con 167,000 seguidores en Facebook y solamente una fracción del tráfico a su web provenía de esta plataforma.
Estaba decidida a cambiar esto. Comencé a trabajar en la plataforma de Facebook con gusto, poniendo anuncios, cambiando la estrategia de publicación, realizando tests A/B, llevando a nuestra página a escritores reconocidos, mezclando contenido, añadiendo vídeos, enfocándome agresivamente en nuevos seguidores y añadiendo botones e incentivos sociales en todo lo que hacíamos.
Literalmente en pocos días el tráfico de Facebook se incrementó. Mes tras mes, creció el engagement en la plataforma, nuestra base de seguidores literalmente explotó y nuestro tráfico desde Facebook creció de forma significativa.
Y, de repente, el algoritmo. El estúpido algoritmo. El algoritmo que cada gestor de medios sociales ha llegado a detestar con el fuego de mil soles.
No te molestes en preguntar al staff de Facebook sobre ello, solo ofrecen vagas respuestas sin sentido, que en conjunto quieren decir «Es tu culpa, tu contenido es una mierda»
Y puedo asegurarte que nuestro contenido no es el problema.
Varios meses atrás, nuestro tráfico de Facebook se estabilizó. Luego se derrumbó. Ahora, el tráfico es tan bajo como lo era antes de llegar. Vuelta atrás, ¡como cuando la página de Facebook tenía 800.000 seguidores menos! ¿Cómo, en nombre de Dios, es esto posible?
Entiendo que Facebook puede hacer lo que quiera. Ellos pueden dar prioridad a las publicaciones de amigos y familiares publicaciones por encima de las marcas si quieren. ¡Esta bien!
Pero si las marcas están invirtiendo grandes cantidades de dinero en construir su base de seguidores —consiguiendo que a gente le guste la página, que realmente es el tipo de gente que quiere ver ese contenido—, ¿no hay algún tipo de obligación ética por su parte para mostrarles el contenido publicado por las marcas?
Si los seguidores de la página no ven las publicaciones, no pueden darle al ‘me gusta’ o compartirla y decirle así a Facebook que quieren más de esa marca. Tenemos cerca de un millón de seguidores —800.000 de los cuales son nuevos, conseguidos en los últimos 15 meses- ¿y me estáis diciendo que MENOS gente está haciendo clic después de este crecimiento durante un año?
Esto está mal, y no es porque a la gente no le gustemos o no guste nuestro contenido. Facebook está jugando sucio. Les pagamos, y es como nuestro dinero estuviera siendo arrojado a un contenedor de basura incendiado. Y sin embargo, como mendigos, quienes publicamos volvemos una y otra vez, esperando las sobras, esperando que Facebook, como Mr. Scrooge quizás nos de un respiro en Navidad.
Como nuestras publicaciones son mostradas cada vez a menos y menor lectores, el ciclo continúa. Menos gente las ve, le dan al ‘me gusta’, la comparten, y Facebook interpreta esto como si nadie estuviera interesado. Y no es verdad. Y está mal que Facebook oculte nuestro contenido de esta forma. No creo que sea una cuestión de ser liberal o conservador —aunque a saber qué demonios está haciendo realmente Facebook detrás de la escena.
Entonces nos dicen que el vídeo es el REY —vídeo, vídeo, vídeo—. Sin embargo, no permiten anuncios pre-roll o banners. Han convertido a Youtube en algo parcialmente irrelevante, por lo que tampoco puedes monetizar tus esfuerzos allí. Lo entiendo, Facebook quiere dominar el mundo. Quieren convertirse en Google y en toda la Internet, todo unido.
¡Paren, locos norcoreanos dictadores de Facebook!
Lo bueno para mi editorial es esto: conseguimos la mayoría de nuestro tráfico de forma directa. Tenemos lectores muy fieles, la clase de lectores por los que matarían la mayoría de los sitios web. El tráfico directo es mejor que el que viene de las redes sociales. No depende de los dictadores de las plataformas. Pero mi trabajo todavía consiste en que la plataforma nos resulte útil, y parece que Facebook está haciendo todo lo que pueden para que esto sea imposible.
Siendo una persona que pasa buena parte de su vida pensando en Facebook, creando estrategias para la plataforma, gastando miles de dólares en ella… es desalentador y ultrajante… que se aprovechen así.
Facebook debería reconsiderar esta práctica de mostrar tan poco lo que publicamos. Un millón de personas han expresado su interés en ver nuestro contenido en Facebook. Pienso que algo más que unos pocos deberían tener la oportunidad de verlo.»
No se qué pensarás tu… yo estoy de acuerdo ciento por ciento.
Facebook está apretando mucho, muchísimo; es legítimo, pero corre el peligro cierto de morder la mano que le da de comer, de manera que muchas marcas cuya presencia en esta red es residual en relación al posicionamiento y tráfico que obtienen es residual, y terminen por abandonar esta red.
Una tentación muy fuerte para muchos.
¿Qué opinas?
Comenta y comparte sin miedo… 😉
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