Cómo ser feliz y no morir en el intento

Cómo ser feliz y no morir en el intento: 15 ideas y consejos

¿Cómo ser feliz y no morir en el intento? Bonita pregunta, ¿verdad?.

Claro que lo primero de todo sería intentar definir o determinar qué es la felicidad, qué es ser feliz, algo tremendamente subjetivo.

Una de las definiciones de felicidad que más me han gustado, de entre todas las que he leído hasta ahora, es que «la felicidad es la ausencia de deseos«, basándose en que todo deseo provoca estrés y, por tanto, nos hace infelices.

Ciertamente tiene mucho de verdad, pues cuanto más deseamos, más infelices somos, y habitualmente, cuando obtenemos aquello que deseábamos nos queda un vacío interior y la necesidad de tener algo más.

Se esté de acuerdo o no con esa definición, en lo que sí casi todos estaremos de acuerdo en que la felicidad es un estado de paz, paz total, tanto con uno mismo como con el entorno, especialmente el más cercano.  Esos momentos sublimes en que nos sentimos fuera de todo y parte de todo, en los que no pensamos en nada, y pensamos en todo, esos momentos en que nos sentimos plenos, sin saber muy bien qué puede querer decir esto, pero nos sentimos así.

La felicidad no es exterior, sino interior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos (Pablo Neruda)

Y siendo así, ¿cómo podemos ser más felices y no morir en el intento? No hay una fórmula mágica —como para casi nada en esta vida—, pero sí que existen una serie de pautas que pueden hacer que nos sintamos mejor con nosotros mismos y con aquello que nos rodea.

Y después de tanto palabrerío… aquí van algunas de estas pautas de eficacia probada.

1. Tu eres el único responsable de tu felicidad

Solamente tienes dos opciones en cuanto a la vida que estás viviendo: o buscar el lado bueno de lo que estás viviendo o cambiar de vida. En cualquier caso, solo depende de ti, de mi, de cada uno de nosotros.

Estés en la situación en la que estés, seguro que hay cosas positivas en tu vida. Escríbelas. Blanco sobre negro. Y cada vez que te sientas mal, saca ese escrito, da las gracias recitándolo en voz alta (Gracias por… ) y verás como, después de la lectura, te sientes mejor.

2. Olvídate de lo que no puedes controlar.

Es bueno tener información de lo que pasa en el mundo, pero el saber de ello —y especialmente de las desgracias, que es de lo que más hablan los medios de comunicación— no debe hacer mella en tu espíritu.

¿Qué puedes hacer tu al respecto? Si puedes hacer algo, hazlo, y si no, no debes preocuparte por ello.

La gente feliz está informada, pero no se permiten preocuparse por cosas que escapan a su control.

3. Las comparaciones son odiosas

Si tu felicidad depende de que te compares con otros… mal vamos. Tu eres único, diferente de cualquier otro, y vales tanto como cualquier otro. En tanto que único, eres valioso.

Si te sientes bien por algo que has hecho, no permitas —de ningún modo— que las opiniones de los demás te arrebaten tu momento. Te envidian, y por eso quieren menospreciarte.

Sí, es cierto que es imposible sustraerse a las opiniones de los demás, a su juicio, pero tu eres lo suficientemente valioso como para tomar distancia de lo que dicen y seguir pensando que lo que has hecho tiene valor, porque tú eres valioso.

Nunca serás ni tan bueno ni tan malo como los demás puedan decir que eres.

4. Prémiate

Trabajas duro por lo que quieres, seguro. Y muchas veces no obtienes la recompensa esperada y deseada: tarda mucho en llegar, o no llega nunca.

Da igual. Necesitas un descanso, un «break», un premio por lo que haces, por lo que haces por tí y por lo que haces por los demás.

Prémiate de vez en cuando. Un pequeño descanso en el trabajo, un capricho que te resulte gratificante. Te lo mereces. Te lo has ganado.

Sea un café o una copa con una persona querida, una escapada de fin de semana o un viaje al fin del mundo… según tus posibilidades, pero prémiate.

5. Haz ejercicio

Típico y tópico donde los haya… pero mover tu cuerpo al menos 10 minutos al día es beneficioso para tu salud, tanto física como mental. Compruébalo. Apenas son 10 minutos.

6. Evita las críticas y juicios

No, no me refiero a las críticas y juicios que puedan hacer de tí, sino a los que tu puedas hacer sobre los demás. Cotillear, criticar a los demás nos genera un placer momentáneo, pero después culpabilidad y trsiteza.

Además… ¿quién quiere estar con un cotilla o con un criticón? Igual eres tu mañana el objeto de sus críticas.

La gente feliz y de éxito evita criticar a los demás; siempre procura fijarse en los aspectos de los demás, no en sus defectos. Si lo haces así, verás como te sientes más a gusto contigo mismo… y con los demás.

7. Elige dónde pelear

Continuamente se nos presentan —tanto en el ámbito personal como en el laboral— situaciones conflictivas, situaciones en las que deseamos pelear.

¿Merece la pena pelear por todo? Sin duda, no. Elegir dónde y cuando pelear es fuente de felicidad, porque así controlamos nuestras emociones y las utilizamos solamente para aquello que nos infunde poder.

Cuando entramos en un conflicto habitualmente las emociones se descontrolan… y también nuestros actos, fruto de las emociones. Y cuando nos sentimos descontrolados habitualmente terminamos heridos e infelices durante algún tiempo.

En caso de conflicto, observa tus pensamientos. Pregúntate ¿qué estoy pensando? Porque de tus pensamientos se derivan tus emociones, y de ellas tus actos.

Observando tus pensamientos tendrás la capacidad de controlarlos, de aceptarlos o rechazarlo, controlarás tus emociones y tus actos.

Cuando aprendes a leer tus pensamientos —y puedes hacerlo, se puede hacer— y  a responder a tus emociones, eres capaz de elegir tus batallas sabiamente.

8. Sé fiel a ti mismo

Tu tienes unos valores morales y de conducta. Sean cuales sean, los tienes. Desde tu nacimiento has aprendido una serie de valores y conductas que te han traído hasta donde estás en este momento.

Pero si cruzas esas barreras morales en nombre del éxito te estás dirigiendo de forma directa y segura a la infelicidad. Violar tus valores te creará sentimientos de culpa, insatisfacción y desmotivación.

Es más que necesario aprende a defender la posición propia y a expresar disentimiento cuando alguien te pide algo que es contrario a tus valores a tus creencias.

Y si te sientes confuso, tómate un tiempo para evaluar la situación. Y escríbelo. Preferiblemente a mano, que hace que se activen muchas más neuronas y, por tanto, la creatividad, entre otras cosas.

9. Ayuda a alguien

Ayudar a los demás (sea en el trabajo, sea fuera de él), no solo hace más felices a esas personas a las que has ayudado, sino también a ti.

Ayudar a los demás genera oxitocina (hormona responsable de que amemos, seamos fieles, compasivos, amables…), serotonina (nos ayuda a elevar el estado de ánimo y evita que nos sintamos mal) y dopamina (la «hormona de la felicidad»), que te hacen sentir mejor.

Haz lo posible por ayudar a los demás, tanto por ellos como por tí mismo; ayudar a los demás es una influencia positiva en tu felicidad.

10. Fluye

“Fluyes” cuando llegas a un estado de completa concentración en una tarea, cuando pierdes consciencia de tu entorno y de las distracciones externas.

Fluir también se describe como el estado en que destilas euforia y maestría al mismo tiempo.

El resultado de fluir no solo es felicidad y productividad sino el desarrollo de nuevas habilidades a través del aprendizaje.

Una de las claves para llegar a “fluir” en tu trabajo y tu vida personal es organizar tus tareas para tener metas claras e inmediatas. Si empiezas a trabajar en ello, incrementa tu concentración y llegas a “fluir”, con lo que nace la felicidad y la productividad.

Márcate metas diarias. Experimenta con el orden de las tareas hasta que encuentres tu fórmula secreta para fluir.

11. Ríete

Norteamericanos y alemanes tienen obsesión por estudiarlo todo, a modo de entomólogos.

Así, un curioso estudio de la Universidad alemana de Mannheim demostró que podemos manipular nuestras emociones cambiando la expresión facial. ¡Qué curioso!

Un grupo de participantes en un experimento mantuvo un bolígrafo en la boca de forma horizontal, lo que les obligaba tener una expresión sonriente. Cuando se les preguntó cómo de divertidos eran uno dibujos animados que les proyectaron, los participantes que habían tenido el bolígrafo en la boca dijeron que les había resultado más divertidos que aquellos los que no lo llevaban.

No importa realmente si tu sonrisa es sincera, porque la expresión facial precede al sentimiento, al igual que los pensamientos.

Si te encuentras en una espiral de negatividad —sea en el trabajo o en cualquier otro ámbito—, párate un momento, sonríe o mira un vídeo gracioso en Youtube. Eso no solo te puede alegrar el día, sino que te hará sentirte mejor.

12. Evita a la gente tóxica

La gente, o te afecta o te infecta.

La gente negativa, tóxica, vive en el mundo de sus problemas pero no busca soluciones. Las personas negativas quieren gente que se una a su pena para así intentar sentirse mejor.

A menudo nos sentimos obligados —por cercanía personal o laboral— a escuchar las quejas y lloros de la gente negativa; no queremos ser maleducados, pero hay una línea a no cruzar entre la educación y la espiral de negatividad.

De la gente negativa hay que distanciarse. Sin paliativos.

Como mucho, siendo extremadamente generoso, habría que preguntarles cómo arreglarían el problema.

Quien se queja es un imán viviente para las desgracias.

13. Ríete de ti mismo

Si te tomas todo -—tu trabajo, tu vida en general— demasiado en serio, tu felicidad y desarrollo personal se resienten.

Ríete de ti mismo, de tus torpezas, de tus errores. Eso te acerca a los demás, te hace más empático.

La gente de éxito y feliz equilibra la confianza en uno mismo con un buen sentido del humor y con la tan necesaria humildad.

14. Se agradecido.

Una gran forma de dejar de lado la negatividad y la infelicidad es darse cuenta de lo que uno tiene en el momento actual y dar gracias -—a Dios, al universo, a quien tu quieras— por lo que tienes en este exacto momento.

El agradecer lo que tienes es una técnica de coaching de la que me han hablado recientemente, stepping stone. La vida es como una escalera, y en cada momento de nuestra vida estamos en un escalón; agradece el escalón, agradece todo lo que tienes, eres o haces en el momento actual. Ahora mismo.

Haz un recuento de todo lo que tienes en este momento, de todo lo que has conseguido. Escríbelo. Una lista de 10 cosas por las que puedes/debes estar agradecido. Recítala en voz alta, una vez más. Escúchate agradeciendo todo lo que tienes.

Sentirás ese agradecimiento. Tomarás una mayor consciencia del momento que vives de tu vida. Y te sentirás mejor. Mejorará tu ánimo, tu energía y tu estado físico. Doy fe.

15. Cree en positivo

No se trata de pensare que lo mejor está por llegar, de pensar en positivo, se trata de creerlo.

Una visión futura optimista y positiva de tu futuro no solo te hace más feliz, sino que además mejora tu actuación incrementando tu sentido de la eficacia.

La mente —el cerebro— nos gasta jugarretas, nos engaña continuamente; ya sabes, cualquier tiempo pasado fue mejor. Y eso, en muchas ocasiones, nos hace perder la fe en nosotros mismos, en el futuro.

Piensa, cree sinceramente, que lo mejor está por llegar. Visualízalo con los ojos cerrados.

Si piensas en abundancia, tendrás abundancia. Si piensas en escasez, tendrás escasez. (Koro Cantabrana)

Y al final…

Si vas aplicando y entrenándote en estas estrategias, no solo mejorarás tu inteligencia emocional, sino que verás como, poco a poco, serás más feliz, te sentirás más a gusto contigo mismo y con tu entorno.

Que, en el fondo, es la felicidad.

Y si has llegado hasta aquí… ¡eres un héroe, una heroína! ¡Enhorabuena! Te has ganado un cachito de felicidad… 🙂

¿Qué añadirías tu? Tus ideas y experiencias son buenos para todos… Anímate a compartirlo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *